Cultura e Historia 2018-08-08T17:27:07+00:00

La Cultura Milenaria Andina

La cultura andina es una cultura agrícola madre.  A lo largo de los siglos, los pueblos de los Andes desarrollaron más de 4000 variedades de papa, 2000 de maíz y decenas de variedades por cada especie de semillas locales. Todo ello implicó una tecnología agropecuaria basada  en la diversisad bio-climática de los Andes, propicia para la siembra diferenciada, según cuencas, alturas y climas, y según su manejo geo-cosmográfico, que integra el paisaje geográfico con la dinámica astronómica.  

Los Andes son un territorio geográfico conformado por unos 68 pisos ecológicos, elevándose desde el mar hasta unos 6900 metros de altura, cuya cordillera se levanta a lo largo de toda la costa Oeste del continente. 

La Cultura Milenaria Andina, con unidad y continuidad de valores, se desarrolló entre la región nor-ecuatorial, hasta la sur-tropical de los Andes. Se le conoce también la Cultura del Tawantinsuyu o de los Pueblos de las Cuatro regiones, ya que posee 4 grandes regiones ecológicas: El Chinchaysuyu o Región del Jaguar, cálida y húmeda, situada en la costa y sierra septentrional norte, el Contisuyu o Región del Fuego, cálida y seca, de los desiertos y volcanes septentrionales del sur, el Qollasuyu o Región del Altiplano, fría y seca sobre los Andes del Sur, y el Antisuyu o Región Amazónica, cálida y húmeda, bajando al oriente.

La cultura en los Andes se desarrolló a lo largo de más de 10 milenios de sedentarismo agrícola y al menos 5 milenios de alta cultura, lo cual se puede observar en una serie de objetos, símbolos, concepciones y formas de vida compartidos en diversidad por los pueblos de las Cuatro Regiones. Ya en tiempos de Caral habían santuarios con ushnus o edificios escalonados, plazas con piedras paradas o huancas, y sistemas de producción agrícola, y poco a poco fueron apareciendo diversos diseños de huacas o santuarios geo-cosmográficos, de huacos o ceramios simbólicos, de toqapus y chakanas o simbolismos geométricos, y de emblemáticos jaguares mirando al cielo, con serpientes integrando los mundos, y muchos otros, los cuales se replicaron y recrearon en la diversidad andina, hasta nuestros días…

Todos estas obras y sus lenguajes creativos resultaron de un proceso expansivo y también integrador de la cultura, producto de escuelas, talleres y de encuentros e intercambios entre comunidades, lideradas por linajes familiares locales. La ciencia y organización social requerida para construir estos complejos urbanísticos y agrícolas, indica que existían clases sociales, diferenciadas e integradas mediante los espacios y las prácticas productivos y rituales.

Así cada valle, cada cuenca constituyeron núcleos étnicos locales y regionales, interconectados culturalmente entre sí, y a la vez particularmente diversos. Así cada pueblo etnía su propia identidad cultural, estilística y de culto y simultánamente compartía prácticas comunes con otros, los cuales solían ser de similares troncos familiares lingüisticos. Una de las prácticas que se mantiene hasta hoy es el watunakuy, en la que las comunidades de diferentes pisos ecológicos se encuentran para intercambiar semillas. En determinadas fiestas, los y las jóvenes de diferentes comunidades se conocían para establecer matrimonio, y así, por su forma comunitaria de vida, las familias podían contar con productos de varias regiones.

¿Qué son las Huacas?

Las Huacas son los espacios sagrados del culto milenario andino, de mediación con los Apus, que son los poderes de la naturaleza manifestados en las montañaslas constelaciones, el Sol y la Luna, todos ellos considerados grandes abuelos de la vida.

La tradición de las huacas es milenaria, y existen de diversas formas y con diversos grados de importancia, según su ubicación, tamaño y desarrollo arquitectónico y artístico. Pueden ser montes, cumbres, mesetas, piedras gigantes, altares, templos u otros espacios que vinculen con los abuelos mayores de la naturaleza. Las huacas tenían sus guardianes o huacsas, quienes al final de sus días eran enterrados en ellas, convirtiéndose en santuarios funerarios. Cabe anotar que la palabra momia se traduce como mallki, que también significa semilla, es decir el comienzo y el final de la vida.

En Machu Picchu cada templo alberga altares astronómicos, señales e hitos megalíticos denominados saywas, que configuran animales mitológicos tales como el cóndor (el Sol, los Inkas Hijos del Sol) , el picaflor (el Arcoíris, la Luna y la fecundidad), las llamas y alpacas (la Tierra, la Comunidad, la fertilidad), el sapo (la tierra fecundada), la serpiente (el Agua, la integradora de los mundos) y el jaguar (el poder de las lluvias, el trueno y el granizo), además de rostros de maestros y guardianes inkas. Algunas saywas replican a escala y de forma estilizada y sutil las formas de las montañas o apu orqo y de los ushnus o altares escalonados, y se denominan saywa rantiLas figuras se dibujan con el paso anual y diario del Sol, y se pueden observar desde puntos de observación situados a lo largo del camino ritual.

Las huacas, al ser altares astronómicos para el control agrícola, se ubican en ceques, que son alineamientos geodésicos o astronómicos, que “amarran” el espacio y permiten hacer las mediciones, ubicaciones y observaciones rituales de los altares respecto a las montañas y las constelaciones. Se sabe que en Cusco, 40 ceques se direccionaban radialmente con sus respectivas huacas, desde el Templo del Qoriqancha. Pero no se sabía que existen también ceques en todas las huacas milenarias, aunque no necesariamente radiales ni de la magnitud del Cusco.

En realidad existía una red de huacas en las diversas latitudes y alturas del Tawantinsuyu, ubicadas estratégicamente. Una de sus finalidades era el estudio y control del movimiento del sol entre los solsticios, para poder así planificar las actividades agrícolas de las diversas regiones, de forma integrada.

El Geoglifo de la Constelación de la Cruz del Sur o Chakana, de las Salinas de Chao, de 4000 años de antigüedad, cuyo estudio y simbolismo fue dado a conocer por el investigador Carlos Milla Villena en 1980, en su libro Génesis de la Cultura Andina. Constituye uno de los símbolos fundacionales de la gran cultura del Tawantinsuyu, representando el principio de la Doble Dualidad y de la unidad de las Cuatro Regiones. Este símbolo estuvo a su vez representado en la figura del Cuadrado, El Cuadrado y su Diagonal y de la dinámica de la Cruz Escalonada Andina. En Machu Picchu este simbolismo se encuentra en la organización de los sectores, en la saywa de la constelación y en el símbolo de la fachada principal de la Huaca del Sol.

La Huanca de Choqe Chinchay, conocida como el Lanzón de Chavín, es una de las representaciones maestras de la figura del Gran Poder Ordenador de la Naturaleza, manifestado en la mítica figura del milenario Jaguar Resplandesciente. Esta lito-escultura se encuentra al medio de un cruce de galerías, orientada hacia el Este, en lo alto de una escalera que asciende de una plaza circular. Configura a este gran maestro  integrando los Tres mundos, con sus brazos, con sus ojos y su apéndice serpentino que surge de su cabeza, formado por 3 cabezas de jaguar, simbolizando la consciencia integradora de los Mundos. El altar principal de las ofrendas en Machu Picchu tiene como simbolo a “Los Ojos de Wira Qocha” mirando al cielo, de origen Sechín y Chavín.

El Geoglifo del Picaflor de las Pampas de Nasca es una de las cientos de figuras que hay en todo ese sector, con formas artísticas de animales, personajes y geométricas, orientadas al cielo o visibles al ubicarse sobre las laderas. Eran huacas alusivas a constelaciones o a entidades sagradas tutelares míticas de las familias y clanes. Esta forma de arte mediante geoglifos es propia de zonas desérticas, para mantener su conservación. Sin embargo este mismo concepto de dibujar sobre el terreno, se aplicó a la arquitectura de Machu Picchu, cuyas figuras son visibles desde las montañas del entorno y desde el cielo.

¿Qué es Machu Picchu?

Machu Picchu es un fabuloso santuario a la semilla, como principio y fin de la vida. Es un modelo cósmico creado por grandes maestros de la naturaleza, quienes guardaron en el simbolismo de su paisajismo integrador, los secretos de la magia del espacio tiempo, latente en los procesos de la siembra.

Agricultores astrónomos, arquitectos poetas, escultores paisajistas e ingenieros magos, lograron que cada solsticio de invierno o Inti Raymi, al iniciarse el nuevo año agrícola, el Padre Sol despertara con su paso, la fantástica cinematografía cósmica mitológica de Machu Picchu, iluminándose en el transcurso del recorrido ritual y del día, sus fantásticas figuras de luz y sombra, simbolizando en la imagen del Despertar del Cóndor, el inicio del año agrícola andino. 

El diseño de Machu Picchu fue una gran hazaña creativa, tanto de ingeniería como de arte cósmico (lo cósmico entendido como el orden natural). Era un centro de desarrollo genético agrícola, planificado mediante terrazas multi-climáticas a diversas alturas y orientaciones, con un sistema de observatorios astronómicos alineados estratégicamente con las montañas. En su afán artístico, los maestros inkas configuraron sus altares y vistas arquitectónicas, replicando los perfiles mitológicos de las constelaciones y de las cumbres, las cuales eran visibles solo desde estos altares, en los momentos rituales y mágicos del paso del Sol, la Luna y las constelaciones.

Los inkas fueron un antiguo linaje multiétnico de líderes culturales, espirituales y políticos, provenientes de la región de los Tiawanako del Altiplano y de los Wari, sus descendientes. Se consideraban Hijos del Sol, y su condición era que su corazón brillara para todos como el Sol.

Según la Historia de la Cultura Andina, objetos y símbolos del Tawantinsuyu tales como ushnus o altares escalonados, huancas o piedras paradas, huacos o ceramios simbólicos, huacas o sitios sagrados geo-cosmográficos, toqapus o símbolos geométricos tales como la Chakana o Cruz Escalonada, andenes o terrazas agrícolas,  entre otros, existen entre los diversos pueblos de los Andes desde hace unos 5 milenios.

El Tawantinsuyu fue un gran proyecto culturizador integrador de los pueblos de las 4 regiones de los Andes, liderado por una escuela conocida como la Capaccuna, cuyas concepciones y simbolismos están presentes desde tiempos de Caral, hace 5 milenios. Su estrategia política estuvo basada en la integración de la diversidad de regiones ecológicas (68 regiones en Perú) y de pueblos, para lo cual se fueron creando caminos y se realizaban fiestas regionales, para propiciar el intercambio de productos, y que los hijos y las hijas de las diversas cuencas se casaran, de manera a que las familias contaran con productos agrícolas de diversos pisos ecológicos… 

Machu Picchu y Cusco son ciudadelas agrícolas, santuarios y centros administrativos que fueron diseñados urbanísticamente con formas de animales sagrados, al igual que Pisaq y Ollantaytambo, entre otros. La forma de Puma del Cusco está delimitada por los ríos Tullumayu y Huatanay, que convergen en el sector denominado Pumac Chupan o Cola de Puma. Su cabeza es Sacsaywamán. Sus calles transversales están orientadas con las nacientes solares los días de los sosticios y equinoccios, y sus huacas alineadas geo-astronómicamente. Machu Picchu tiene los mismos conceptos, solo que no es un puma, sino es un  cóndor.

El descubrimiento del imaginario mitológico de Machu Picchu. 

Machu Picchu, por su arquitectura y paisaje, es una joya de la creación andina, considerada una de las 7 maravillas del mundo. Sin embargo, el significado de su diseño ha sido hasta ahora desconocido, al no haber una historia escrita que lo avale. Autores destacados como Carlos Milla Villena, Fernando Elorrieta Salazar, James Arévalo Merejildo, Mario Osorio Olazábal, Johan Reinhard y últimamente Dante Salas Delgado, entre otros, han venido realizando, importantes investigaciones y descubrimientos arqueo-astronómicos, arquitectónicos y geo-cosmográficos, que han contribuído sustancialmente a nuestro entendimiento del simbolismo del arte y de los espacios sagrados de Machu Picchu. 

Es con esa inquietud que, fascinados por la magia creativa de las visiones mágico-míticas y funcionales del arte megalítico, la arquitectura y el paisajismo andinos, recorrimos a lo largo de más de 15 años, los caminos y huacas de Machu Picchu, explorando su funcionamiento y fotografiando su imaginario de luz y sombra calendárica.

Guiados por los antiguos códigos amauticos (de sabiduría andina), provenientes de tiempos desde tiempos de Caral, hace 5 milenios, realizamos las observaciones desde una perspectiva semiótica multi-disciplinaria, integrando las miradas de la cosmovisión, de las ciencias, del arte y la arquitectura andinos, con la finalidad de reconocer las claves de la significación y el sentido de sus formas creativas. Es así como, desde la perspectiva del estudio de los qellqas, o códigos simbólicos milenarios del diseño andino, hemos podido vislumbrar los lenguajes visuales del arte, de la arquitectura y del paisajismo geo-cosmográfico o pacha unancha qellqa, con los cuales se concibiera el santuario espiritual, agrícola y astronómico de Machu Picchu.  

Este estudio del imaginario mitológico del arte de Machu Picchu, abre una nueva mirada al entendimiento de los saberes andinos, tras el diseño de sus espacios sagrados, y a su vez, abre un nuevo capítulo para la Historia del Arte, que es la del Paisajismo Cósmico, en el que se integran en un gran concierto armónico las huacas, los astros, las montañas, las piedras y las semillas.

Zadir Milla Euribe. Autor de los libros “Introducción a la Semiótica del Diseño Andino Precolombino”, “El Código de Wira Qocha, simbolismo milenario andino” y El Código Secreto de Machu Picchu, 100 figuras de luz y sombra de su imaginario mitológico”.

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